miércoles, 28 de diciembre de 2011

Texto de presentación proyecto de creación.

Considerando la gran ambigüedad de las formas abstractas, este proyecto se basa en contemplar y acercar al espectador más allá de la simple lectura pictórica, invita a evidenciar el punto sensible de la pintura misma, provocando una fusión con lo material e inmaterial. Desde principios del arte el expresionismo abstracto se ha caracterizado por ser una esencia que siempre ha llevado un ritmo, un gesto material, que al ponerse en tensión forma un dialogo acercando el arte a la sociedad. Sin embargo este tipo de arte se trabaja al sacar a la luz los sentimientos internos más profundos de la persona, con el fin de ponerlo en tensión con el lenguaje mismo de la pintura dialogando en sí misma.

Ahora si bien aunque la pintura a veces se construye de formas azarosas y arbitrarias, se pretende que esta pintura especifica trabaje las tenciones en sí, en donde no es la imagen de algo, sino que la articulación esta dado por el control de la materia, donde la huella y el azar se unen, el control y el descontrol, ritmos y atmosferas del cuerpo humano, unidos a través de este gran mapa llamado soporte. Las sensaciones se dan como juego, que invitan a observar las partes como un todo, a entender la unidad, donde las pinturas no son las sensaciones del pintor, sino las del observador, quien analiza y crea su propia imagen.

La pintura es vida, la materia se habla a sí misma de su contenido plástico, evoca formas y sensaciones, el interior de la pintura es una mirada distinta, es una aproximación a detenerse simplemente a mirar.

Este es un trabajo de carácter informalista, expresionismo abstracto, el cual utiliza la figura femenina como medio de escena y registro de la huella. El recorrido visual del trabajo sigue un camino entre diferentes materiales, siendo el desplazamiento del volumen el que forma el dialogo entre la obra y el espectador.

Este proceso de creación tiene que ver principalmente con la expresión corporal, es el movimiento lo que provoca acción, registrados a través del volumen en la pintura y formas evocadas a través del gesto y la posición. Se observan tensiones articuladas por el peso, la textura y el flujo voluntario e involuntario, siendo lo primordial la actitud dispuesta. La sensación de huella y volumen será un nexo con el registro pictórico.

El desplazamiento del cuerpo es fundamental para la creación de este trabajo. Dependiendo de su capacidad se puede desplazar en su kinesfera, en donde el alcance normal de nuestros miembros es la máxima extensión que permite apartarse del cuerpo, sin cambiar sus posiciones determinan el espacio en la cual nos podemos mover. A partir de estas nociones la pintura se transforma en acción, que es un reflejo plástico de tensiones corporales que tiene relación con la antieukinetica, es decir las cualidades que frenan el movimiento corporal.

También se realiza una reflexión sobre la muerte de los lienzos pintados con su cuerpo, la cual se desplaza a través del yeso sobrepuesto en el bastidor, que logra generar una composición abstracta, en donde la línea está formada por las curvas de la figura femenina que atraviesan el cuadro, y la expansión de este trabajo apunta hacia lo volumétrico, el cual pretende generar una anacronía a la pintura de caballete.

Al poner en crisis los limites formales y conceptuales de la pintura, a través de un desplazamiento permanente de elementos que constituyen su tradición pictórica, se desecha la supremacía de los patrones pictóricos, apostando por un trabajo de experimentación con nuevos materiales, soportes y superficies, al utilizar en sus inicios el cuerpo humano como concepto de imagen referente, explorando el retrato como género, transformándola en una unidad hacia los elementos que tradicionalmente vinculamos con la pintura.

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